por Cynthia Mathieu, Ph.D.
¿Ha escuchado alguna vez esta cita de Elizabeth Barret Browning: “el diablo es más diablo cuanto más se lo respeta”? La forma en que definimos el éxito conduce nuestras acciones cotidianas. En la sociedad actual el éxito se asocia al poder y a menudo se presenta con elementos externos como el dinero, objetos y títulos. De hecho, a menudo juzgamos que tan exitosas son las personas por las claves externas que observamos, es decir, la forma en que se visten, lo seguros de sí mismos que se muestren y que tan determinados aparentan ser.
Esta definición de éxito, es sin lugar a dudas lo que atrae a las personalidades obscuras hacia el mundo de los negocios y también explica por qué resultan fácilmente contratadas y promovidas.
Los procesos de selección de personal tienen como función contratar candidatos con el mayor potencial de éxito. Debido a que la extraversión, el encanto, el carisma, la posición y las promesas grandiosas; la buena ropa y la actitud calmada durante la entrevista son todos considerados como señales de éxito, los candidatos que exhiben estar características durante las entrevistas laborales tienen mayores probabilidades de ser contratados.
Los profesionales de Recursos Humanos (RH) y los psicólogos laborales (PSL) son quienes generalmente están a cargo de la selección y promoción del personal y a menudo están influenciados por las definiciones sociales del éxito. Se les solicita que seleccionen a los candidatos de acuerdo con las necesidades gerenciales y por lo general se les entrega un perfil de las competencias requeridas para la evaluación de los candidatos. Sin embargo, tal como se mencionó previamente, algunas claves y características externas son percibidas como señales de éxito sin importar el cargo que debe ser llenado. Dado que muchas de estas características asociadas con sujetos exitosos son compartidas por individuos con personalidades oscuras, es crucial que las personas a cargo de los procesos de selección sean capaces de identificarlas. Sin embargo, los programas tanto en las escuelas de psicología como de Recursos Humanos, al igual que muchos programas de postgrado en estas especialidades no incluyen el concepto de personalidades oscuras y de las repercusiones que estos sujetos pueden tener en las organizaciones. Desafortunadamente, la falta de conocimiento de las características de las personalidades oscuras y la propensión que tienen a encantar y manipular a los demás hace que sea extremadamente fácil para estos “maestros del ilusionismo” ingresar a las organizaciones y ascender por la escala corporativa.