Por David Kosson, 23 de febrero 2016 en Noticias de la fundación Aftermath
Escrito por Winifred Rule, autora de “Nacidos para destruir”[1]. Mi madre y mi hermana tienen altos niveles de psicopatía. Vivir con ellas me permitió conocer a fondo su personalidad – no sólo lo que el psiquiatra o psicólogo ve en el otro lado del escritorio. Buscaban destruirme cada vez que podían. Su estrategia tenía la forma insinuaciones para devastar mi autoestima, hacerme víctima de matonaje o tornar a los amigos y la familia en contra mío envenenando a mi espalda a las personas que yo conocía. Todo aquello que hacían para destrozar mi vida, no tenía fin. Eran mentirosas patológicas, en muchas formas más astutas y manipuladoras que numerosos hombres que tienen rasgos psicopáticos.
Mi madre y mi hermana buscaban ser el centro de la atención y demandaban el escenario principal. Cuando hay gente sus voces suben un octavo más que las voces de los demás y sus brazos se movían para todos lados, llamando la atención hacia ellas. Escuchen atentamente a su estilo discursivo: siempre se las arreglan para ser las víctimas. Pueden llorar lágrimas de cocodrilo para lograr apoyo y el momento siguiente sus lágrimas se transforman en una risa estridente. Sus “personalidades” se encienden y apagan como letreros de neón.
Uno no se atreve a desafiarlas, esto podría disparar una respuesta hiriente inmediata. Tanto mi madre como mi hermana son conocidas por su histrionismo. Sus representaciones dignas de premio son lo suficientemente convincentes para persuadir a sus auditores de su lado de la historia, incluso después de haber escuchado a la otra parte. Recurren a todos los medios para lograr lo que quieren, esto incluye flirtear con hombres casados y seleccionar a los demás por medio de la seducción. Creen que tienen derecho a todo a la vez que ellas no te dan nada. Disfrutan con la desgracia ajena y mientras disfrutan es posible ver una sonrisa burlona en sus rostros. Después de todo, ¿por qué habría alguien de tener más que ellas? Pueden robar o romper tus bienes más preciados deliberadamente, y si uno las sorprende nunca se disculparán porque es uno la que se está volviendo loca. Distorsionan todas las historias en su favor y culpan a otros por lo que ellas hacen.
En el fondo, ni mi madre ni mi hermana se gustan la una a la otra. Pero no sienten pena por esto. Sin importar lo que uno haga siempre son malagradecidas. Son extremadamente envidiosas y desean tenerlo todo dado que creen haber sido estafadas por la vida que las excluyó de sus bondades y les toca a ellas nivelar este error. Lo que desean es imposible de obtener. ¿Cómo es posible que los productores de cine no estén golpeando a sus puertas? ¿Cómo es posible que no tengan piernas largas y bien formadas como Doris Day? Eso sí, lo que desean es infinito y no da satisfacción alguna. No aprecian nada. Tengan cuidado con la información confidencial. Son adeptas a ganarse la confianza de la gente y pueden agarrarte en un momento en que tú estás tratando aún de descifrarlas.
¿Qué puedes hacer si tu madre, hermana, un amigo o amiga cercana o un miembro de la familia calza con esta descripción? Es difícil, pero no imposible comprender lo que está pasando cuando se cuenta con guía profesional. Busque un psicólogo con entrenamiento especializado en el trastorno de personalidad psicopático y cuéntale tu experiencia. En mi caso personal, mi única opción fue evitarlas y sacarlas de mi vida debido a que siempre me causaban dolor, confusión y cosas aún peores. La evitación ha sido el mejor camino para proteger mi bienestar psicológico y físico de su predación. Nunca funcionó la confrontación. Si es necesario que mantengas algún tipo de relación con él o ella, tu psicólogo puede sugerirte algunas estrategias para minimizar el efecto que tienen sobre ti.
Mi libro “Nacidos para destruir” es uno de los primeros libros en los que se da instrucciones respecto de la psicopatía en un ambiente de familia. Es mi historia personal, diseñada para dar comprensión a todas aquellas almas confusas que viven experiencias similares a la mía. Puede ser comprado a través de la tienda de la Fundación Aftermath.
[1] “Nacido para destruir” por Winifred Rule
Traducido por Elizabeth León Mayer