Traducción al español y revisión de Lucia Hernandez-Pena, revisado originalmente por Theresia Bedard y el Comité de Investigación Norteamericano
La psicopatía y el trastorno narcisista de la personalidad son trastornos psiquiátricos con síntomas ligeramente superpuestos. La sociopatía, sin embargo, es un término antiguo y anticuado para lo que ahora se denomina psicopatía.
Por desgracia, la diferenciación de estos términos tan utilizados ha causado mucha confusión tanto entre la población general como entre los profesionales de la salud mental. Parte del problema no radica en diferenciar entre individuos o trastornos, sino en diferenciar entre los sistemas de diagnóstico de etiquetado (es decir, poner nombre a una condición, como “ansiedad”) o clasificación (organizar cosas en grupos basados en características comunes, es decir agrupar diferentes síntomas como un trastorno). El Trastorno Narcisista de la Personalidad está incluido en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (o DSM, introducido por primera vez en 1952 por la Asociación Americana de Psiquiatría, y actualmente en su quinta versión revisada, denominada DSM 5-TR). El DSM es un sistema de clasificación utilizado en Estados Unidos y otros países para diagnosticar trastornos mentales.
Según el DSM 5-TR, el Trastorno Narcisista de la Personalidad se caracteriza por un patrón de fantasías y comportamientos grandiosos, una necesidad de ser admirado y una falta de empatía que comienza pronto en la vida y persiste en múltiples aspectos a lo largo de la vida. Una persona con este trastorno también puede tener un fuerte sentido del poder, puede aprovecharse con frecuencia de los demás, y a menudo puede sentir envidia de los demás o creer que los demás sienten envidia de él o ella.
La psicopatía y la sociopatía no están reconocidas como trastornos en el actual DSM, a pesar de que la psicopatía ha sido rigurosamente explorada, definida, probada y validada por los investigadores durante las últimas décadas.
Tanto la psicopatía como la sociopatía son etiquetas que se han utilizado históricamente para describir la psicopatía. La psicopatía (el trastorno) ha recibido muchos nombres. En 1801, el médico y psiquiatra francés Philippe Pinel llamó a la psicopatía “manie sans délire” (locura sin delirio). En 1835, el psiquiatra británico J. C. Prichard la rebautizó como “moral insanity” (falta de moralidad). En 1891, el psiquiatra alemán J. L. Koch acuñó el término “psychopathic inferiority” (inferioridad psicopática; Koch eligió el término «psicopático», que en realidad era un término genérico para los trastornos de la personalidad hasta hace pocas décadas, para manifestar su creencia de que existía una base física para esta afección; el término «inferioridad» sólo significaba que representaba una desviación desfavorable de la norma).
En 1952, la primera edición del DSM utilizó el término “sociopathic personality disturbance” (trastorno sociopático de la personalidad). Esta fue la primera aparición oficial del término «sociopatía» para describir este trastorno, aunque este diagnóstico se centraba en los procesos psicológicos internos y en los rasgos de personalidad (como la falta de remordimientos, en contraposición a conductas más fáciles de identificar, como cometer delitos). A los psicólogos y psiquiatras les preocupaba que el hecho de centrarse en los procesos internos pudiera ser la razón por la que a los psicólogos y psiquiatras les resultaba difícil diagnosticar los trastornos de la personalidad de forma fiable. Para abordar este problema, en 1980 el DSM-III introdujo un diagnóstico más limitado, basado en el comportamiento, denominado trastorno de personalidad antisocial, que podría decirse que perdió muchos de los síntomas clave de la psicopatía basados en la personalidad que se habían encontrado en versiones anteriores del diagnóstico. Es decir, la categoría de trastorno de personalidad antisocial se centraba más en comportamientos observables como cometer delitos, romper normas y atacar a otros. Por ello, a menudo se confunden el trastorno de personalidad antisocial y la psicopatía, aunque no son la misma condición.
Un destacado investigador (David Lykken) sugirió hace años que la sociopatía y la psicopatía reflejaban dos síndromes patológicos distintos. Propuso que se podían diferenciar la sociopatía y la psicopatía basándose en factores causales (la psicopatía estaba causada principalmente por factores biológicos, y la sociopatía reflejaba principalmente factores sociales como una crianza inadecuada o ineficiente). Ha habido una falta de investigación que aborde esta especulación teórica. De hecho, actualmente no existe ninguna medida validada de la sociopatía que permita a los investigadores estudiar si tiene causas o propiedades diferentes a las de la psicopatía. Además, la investigación sobre la sociopatía o los rasgos sociopáticos ha utilizado medidas que evalúan la psicopatía, lo que significa que no hay base para identificar ninguna diferencia entre psicopatía y sociopatía (ya que ambos líneas de investigación utilizan medidas que evalúan la psicopatía). Por lo tanto, la confusión actual entre sociopatía y psicopatía puede deberse a la falta de voluntad de los profesionales de la salud mental para descartar un término obsoleto, a pesar del gran número de investigaciones sobre la psicopatía, pero no sobre la sociopatía.