Pregúntele al experto: Dra. Abigail Marsh

2 de julio, 2020 por David Kosson

La Dra. Abigail Marsh es Profesora Adjunta del Departamento de Psicología y del Programa Interdisciplinario de Neurociencias en la Universidad de Georgetown. También es directora del Laboratorio de Neurociencias Sociales y Emocionales. Su investigación se centra en las bases cognitivas y neuronales de los procesos sociales y emocionales concentrándose en la empatía y la comunicación no verbal de la emoción.

 

Pregunta 1. ¿Cómo se involucró en la investigación en psicopatía?

Fue debido a muchos factores. Empecé investigando los procesos cognitivos y sociales que subyacen al cuidado de los demás y la compasión, lo que me llevó a preocuparme de las poblaciones que carecen de la habilidad para cuidar a otros y de compasión y, por supuesto, esa población está compuesta justamente por sujetos con rasgos psicopáticos. Tal como planteo en mi último libro (EL FACTOR DEL MIEDO) en la víspera de Año Nuevo 200 en Las Vegas fui asaltada por un desconocido. En ese momento yo tenía alrededor de 20 años. El incidente me hizo comprender que había personas en el mundo que están deseosas de dañar a otras en formas en que las personas comunes no pueden siquiera imaginar, y esto consolidó mi deseo de comprender a ese tipo de personas.

 

Pregunta 2. ¿Qué papel tiene el miedo (o falta de miedo) en la conducta psicopática?

Desde un tiempo a esta parte y gracias a la investigación conductual, sabemos que las personas con rasgos psicopáticos tienen personalidades carentes de miedo (debo decir que esto puede no ser cierto para lo que en algunas ocasiones se llama psicopatía secundaria). Las personas con psicopatía primaria tienden a no responder a los castigos ni mostrar indicaciones fisiológicas, conductuales o subjetivas al miedo o como respuesta a las amenazas, a pesar de que si parecen experimentar otras emociones como disgusto, rabia o felicidad en forma bastante normal. Además de este déficit bastante específico a las respuestas al miedo, las personas psicopáticas tienen dificultades en reconocer el miedo en los otros. Esto es cierto cuando están viendo rostros, voces o cuerpos que expresan miedo. Una de mis historias favoritas fue relatada originalmente por mi colega Essi Viding, quien estaba evaluando la capacidad de reconocer expresiones faciales por un preso psicopático en una cárcel en el Reino Unido. El preso falló en cada uno de los rostros que expresaban miedo, lo que es un rendimiento bastante deficiente incluso para alguien que es psicopático. Cuando llegó a la última expresión de miedo, la quedó mirando fijamente y luego dijo “no sé cómo se llama esa expresión, pero sé que las personas la tienen justo antes de que uno las apuñale”. ¡Esta es una frase tan notable! Sugiere que incluso aun cuando ha visto esa expresión anteriormente cuando las personas están amenazadas, no pudo conectar la expresión y el contexto con la emoción de miedo. Eso, más los déficits en responder en esta población, sugieren una incapacidad para comprender el miedo del otro, lo que es un déficit fundamental en la empatía. No pueden entender esta emoción y ellos mismos no la sienten fuertemente, por lo tanto, tiene sentido que no comprendan por qué no está bien hacer sentir a los otros de esa forma.

 

Pregunta 3. ¿Cómo difiere el cerebro de los sujetos psicopáticos con el de la población general?

La anormalidad más consistente (aunque definitivamente no la única) que se ha observado en los cerebros de la mayoría de las personas que son psicopáticas se encuentra en una estructura llamada amígdala, que está implicada en una serie de procesos emocionales y sociales, incluyendo la coordinación de las respuestas de miedo. En las personas que son psicopáticas, tiende a ser de menor tamaño que el promedio, también se observa hipoactividad en las respuestas a las amenazas o las expresiones faciales de miedo. Es probable que los déficits en esta estructura, y sus conexiones con varias otras regiones cerebrales, sea la razón de porque los sujetos psicopáticos muestran déficits en las respuestas al miedo y en comprender el miedo de los demás.

 

Pregunta 4. ¿Cómo difieren los sujetos psicopáticos de los altruistas?

En mi trabajo también he estado interesada en comprender a las personas que se ubican en el otro extremo del llamado “continuo de preocupación por los demás”. Estas personas se ubican en el extremo opuesto de los psicópatas. Sabemos que los rasgos psicopáticos se distribuyen en un continuo entre la población, lo que sugiere que debe haber algo así como un “anti – psicópata” que es más preocupado por los demás y más compasivos que el promedio. He estudiado a personas que son extremadamente altruistas, que han donado un riñón a extraños, y he aprendido que las cosas que hacen realmente los transforman en anti – psicópatas de alguna manera. Por ejemplo, son más hábiles en el reconocimiento del miedo en los demás y su amígdala responde más a esta expresión y físicamente es de mayor tamaño. También tienen menos rasgos psicopáticos y tienden a ser muy humildes, mientras que las personas con rasgos psicopáticos tienen mayor tendencia al narcisismo.

 

Pregunta 5. Considerando que la investigación generalmente va un paso delante de la aplicación en el campo ¿cuál es el avance en el campo de la psicopatía que espera que ocurra en los próximos cinco a diez años?

Yo espero que en los próximos 5 años los diversos grupos de personas que estudian la psicopatía logren un mayor acuerdo en lo que realmente es el trastorno. Creo que nos estamos acercando, pero podremos hacer pocos progresos mientras no resolvamos ese tema. En el presente hay varios desacuerdos que siguen adelante porque las personas que tienen, por ejemplo, una perspectiva forense, tienden a concentrarse en temas diferentes a las personas que son psicólogos clínicos. Esta es una de las razones de por la que la investigación interdisciplinaria siempre es difícil, y la investigación en psicopatía es bastante interdisciplinaria (¡lo cual es algo bueno!)

En los próximos diez años, yo espero que mejoremos en la identificación de niños en riesgo de psicopatía en forma precoz y que se desarrollen intervenciones que reduzcan este riesgo. Uno de los grandes éxitos en la investigación del autismo es que se ha hecho algo similar: la identificación precoz y la terapia conductual intensiva que realmente mejora los resultados. Pero por supuesto, para que nosotros tengamos semejante éxito necesitamos tener más fondos de los que tenemos ahora. En la medida en que grupos de interés puedan diseminar que la investigación en psicopatía está con una tremenda falta de fondos en relación a otros trastornos clínicos, y aún mejor si logramos que haya más lobby y logremos fondos federales, seremos capaces de hacer progresos más rápidamente.

Traducido por Elizabeth León Mayer