Pregunte al experto: Dr. Randall Salekin

El Dr. Randall Salekin es profesor en el Departamento de Psicología de la Universidad de Alabama. También es Editor en Jefe del Journal of Psychopathology and Behavioral Assessment. En este artículo el Dr. Salekin responde algunas preguntas respecto de la adolescencia y los rasgos psicopáticos.

1. ¿Cómo se implicó usted en la investigación en psicopatía?

Al crecer en British Columbia tuve la fortuna de asistir a la Universidad Simon Fraser, donde estuve expuesto a las enseñanzas de investigadores que estaban a la vanguardia en los estudios de psicopatía. David Cox, uno de los primeros graduados de Bob Hare, fue uno de mis profesores. Recién había terminado un estudio llevado a cabo en expertos británicos en desarmar bombas en Irlanda del Norte. A la vez, Stephen Hart, quien estaba en un post-doc en la Universidad Simon Fraser (recientemente graduado del laboratorio de Bob Hare) estaba trabajando en métodos de entrevista clínica para la evaluación de psicopatía. Las oficinas de David y de Steve estaban justo al final del pasillo de la mía y afortunadamente, estuve expuesto a su trabajo, incluyendo el desarrollo de la Escala de Psicopatía de Cribaje (Psychopathy Checklist: Screening Version – PCL:SV)

 

2.¿Es posible identificar rasgos similares a los rasgos psicopáticos en los adolescentes? ¿Puede usted dar una breve descripción de esos rasgos?

Creo que es posible identificar rasgos psicopáticos en niños y adolescentes, a pesar de que hay que tener en mente que estos rasgos son sólo moderadamente estables durante esta etapa de la vida.

Estos rasgos incluyen características de grandiosidad y manipulación (encanto y arrogancia); crueldad y despreocupación por los demás (falta de remordimiento y falta de empatía) y características de arrojo e impulsividad (conductas de alto riesgo, propensión al aburrimiento). A pesar de que algunos tienden a tener problemas con extender esta conducta a la niñez, esta condición tiene que tener sus raíces en alguna parte. Sin embargo, tal como es el caso con el Trastorno de Hiperactividad (THA), Trastorno desafiante oposicionista (TDO) y trastorno de la conducta (TC), ha habido críticas respecto de que las características de estas condiciones son normativas en niños y adolescentes. Estas afirmaciones hasta cierto punto son verdaderas, el objetivo de comprender las patologías de la personalidad tempranamente es determinar cuando los rasgos no son normativos (para ese grupo etario) y luego proporcionar algún tipo de intervención o prevención que pueda reducir o eliminar el problema. Edward Barker y sus colegas (Barker et al., 2011) han remarcado riesgos prenatales que pueden ser evitados para reducir el riesgo de psicopatía.

 

3.¿Qué tipo de intervenciones recomendaría para adolescentes con rasgos psicopáticos que están encarcelados?

A pesar de que existe una creencia de largo plazo de que los sujetos psicopáticos no son tratables, ya creo que probablemente este es un punto de vista muy pesimista. Esto no quiere decir que no sea difícil tratarlos, pero si se hacen tratamientos a la medida, la intervención puede tener algún grado de éxito. Varias décadas atrás, Herbert Quay se dio cuenta de que se necesita ajustar el tratamiento a cada persona. En la Universidad de Miami, Quay diseñó un tratamiento para adolescentes psicopáticos que permitía ajustar sus necesidades de búsqueda de sensaciones adrenalizantes. En esta misma línea, hemos diseñado tratamientos que son puntualmente diseñados para el trabajo con grupos específicos de síntomas propios del trastorno. Creemos que es importante otorgar al adolescente un poco de información respecto de los mecanismos potenciales de la personalidad psicopática, y luego focalizarse en la planificación de habilidades e incluso algunos ejercicios que trabajen eventos que implican procesamiento emocional. Dicho esto, probablemente existen otros programas genéricos que ayuden a reducir estos síntomas (Terapia Familiar Funcional; Terapia Multisistémica).

 

4.¿Cuáles son los retos que se enfrentan al proporcionar intervenciones a los jóvenes con rasgos psicopáticos?

A pesar de que hay cierto optimismo recientemente acerca del tratamiento de la psicopatía, yo he aprendido que es importante reconocer la existencia de barreras. Trabajar con los jóvenes puede ser difícil. Los obstáculos más comunes incluyen la motivación para el cambio y en el engaño potencial junto con la manipulación durante la terapia, al igual que los déficits emocionales y el bajo nivel de excitación que puede llevar a la tendencia al aburrimiento. Sería ingenuo no reconocer la existencia de estos obstáculos. El tratamiento requiere un nivel adicional de reflexión respecto de cómo tratar este tipo de barreras.

 

5.Considerando que la investigación generalmente está un paso delante de la aplicación en el campo ¿cuál es el adelanto en el campo de la psicopatía que usted espera que ocurra en los próximo cinco o diez años?

Espero que haya un adelanto en relación a los mecanismos que producen la psicopatía. En el presente aún se sabe muy poco respecto del cerebro y de cómo opera con respecto a las condiciones psiquiátricas. No siempre tenemos claridad respecto de las regiones del cerebro que están involucradas en los déficits (carencia de miedo). Esto ha sido recientemente ilustrado por LeDoux (2013, 2014) quien sugiere que se debe reconsiderar el circuito del miedo, haciendo notar que parte del procesamiento del miedo ocurre en la corteza prefrontal. La publicación de Sylco Hoppenbrouwers, Berend Bulten e Inti Brazil (2016) al igual que la de Smith y Lilienfeld (2015) también han sido importantes en volver a pensar críticamente los mecanismos de la psicopatía. Mi esperanza es que en la próxima década este tipo de cosas y la investigación subsiguiente aumente nuestro conocimiento acerca de las causas de la psicopatía y, por lo tanto, mejore las intervenciones. Los mayores logros se podrán hacer probablemente si somos capaces de examinar el amplio constructo de la psicopatía, sus dimensiones subyacentes y sus relaciones con el Trastorno de la Conducta (TC) y el Trastorno Desafiante Oposicionista (TDO).

Traducido por Elizabeth León Mayer