Scott Lilienfeld, Ph. D – Samuel Candler Dobbs, Profesor Departamento de Psicología, Universidad de Emory
Pregunte al experto:
¿Cómo se interesó en el área de la investigación en psicopatía?
Siendo estudiante de grado, me di cuenta que la personalidad y la psicopatología eran fascinantes. Me interesó saber qué hace que las personas hagan lo que hacen al igual que saber cómo es que en lo cotidiano hay un fracaso en la adaptación sana de las personas. En mi tercer año de estudiante de grado, tuve un curso maravilloso en métodos de investigación por el psicopatólogo Bob Dworkin. Ahí Bob me expuso al ingenioso trabajo de laboratorio de un psicólogo de nombre David Lykken, quien de muchas maneras dio un envión a la investigación experimental de psicopatía. Cuando postulé a la escuela de graduados en psicología clínica en la Universidad de Minnesota, irónicamente no tenía idea que David estaba allí, porque en ese momento estaba en el departamento de psiquiatría. Poco tiempo después de haber sido aceptado en Minnesota me enteré que David estaba en “la U” como se la llama afectivamente, y fui a saludarlo. También descubrí que ocasionalmente trabajaba como mentor de estudiantes graduados de psicología clínica, y le pregunté si podía trabajar en su laboratorio. Me aceptó y desde entonces he estado muy agradecido por su apoyo. Él ha sido uno de los psicólogos más creativos que he conocido y me enseñó la importancia del coraje y la integridad intelectual.
¿Cuáles son algunos de los errores en el concepto de psicopatía?
Hay muchos errores en relación a la psicopatía. En mi experiencia quizá el más generalizado en la población general es que la psicopatía es similar, sino igual, a la psicosis, y que la psicopatía se asocia con un riesgo de violencia dramáticamente aumentado. Muchas personas también creen que la psicopatía es idéntica al trastorno de personalidad antisocial, que si bien es una condición que se superpone, es muy diferente y que constituye poco más que un amplio paraguas diagnóstico que cubre varias condiciones que difieren en sus causas.
Parte del problema surge del término “psicopatía” que no significa más que “mente enferma”. La vaguedad del término mismo lleva a todo tipo de confusiones. Quizá sea el momento para que nosotros encontremos un nuevo nombre.
Usted ha desarrollado una escala auto-informada para evaluar los rasgos psicopáticos. ¿Cuáles son las fortalezas y las debilidades de usar esta metodología para la evaluación de este trastorno?
Las escalas auto-informadas, al igual que todos los métodos de evaluación tienen fortalezas y debilidades. Por una parte, tienen la ventaja de ser fácilmente administrados y son económicos; más aún nos permiten vislumbrar las autopercepciones que el sujeto psicopático tiene de sí mismo y sus actitudes. Además, este tipo de cuestionarios elimina una fuente de error importante que está presente en las evaluaciones basadas en entrevistas, por ejemplo, el desacuerdo entre los evaluadores. Lo negativo en cambio, tiene que ver con que los individuos psicopáticos tienden a no tener un gran insight respecto de las características y gravedad de su psicopatología, al igual que el impacto que su conducta tiene sobre los demás. De esta manera, al usar estos cuestionarios para detectar rasgos psicopáticos, se debe tener un enfoque cuidadoso, concretamente en lo que los participantes hacen, cuáles son sus actitudes y similares. Se deben evitar preguntas que requieran insight en lo que son o cómo su conducta afecta a los otros. Por supuesto, a menudo los sujetos psicopáticos mienten con completa impunidad. Por lo tanto, cuando se usen cuestionarios auto-informados en contextos dados (por ejemplo, determinación de insania, custodia o evaluaciones de inhabilidad) no se puede jugar y uno debe asegurarse de corroborar los datos obtenidos de esta forma con otras fuentes, especialmente con informantes que conozcan bien al sujeto.
¿Hay psicópatas “exitosos”? ¿Cómo definiría a estas personas?
Nosotros pensamos que sí existen, aunque no todos están de acuerdo con esto. No estoy seguro que exista una sola definición, pero tengo la fuerte sospecha que ciertas personas con marcados rasgos psicopáticos, tales como falta de culpa, falta de empatía, narcisismo y sujetos arriesgados, pueden funcionar bien en la sociedad, a lo menos en el corto plazo. Algunos de ellos pueden al menos tener una ventaja competitiva respecto del resto de nosotros en algunos contextos como por ejemplo la política, los negocios y los deportes de alto riesgo. No sabemos mucho acerca de qué hace que estos sujetos sean diferentes de los psicópatas menos exitosos, ni tampoco si su éxito de corto plazo puede ser a menudo logrado a expensas de un fracaso en el largo plazo.
Considerando que las investigaciones generalmente están más avanzadas que su aplicación en el campo de las mismas, ¿qué adelanto en el campo de psicopatía espera ver que ocurra en los próximos cinco o diez años?
Me gustaría ver que el campo de la psicopatía se aleja de la concepción ampliamente difundida de que la psicopatía, sea lo que sea que es, es “algo” con una sola causa. Creo que se hace cada vez más patente que la psicopatía en lugar de ser una condición monolítica, es una combinación o incluso una configuración de diferentes atributos de personalidad claramente distintivos que se unen una forma interpersonalmente maligna. Por lo tanto, en vez de estar luchando por identificar “la causa” o “el tratamiento” para la psicopatía quizá deberíamos descomponer la psicopatía en sus subcomponentes y estudiarlos cada uno de ellos a la vez