De acuerdo con los planteamientos de Brook y Kosson (2013), las interacciones empáticas entre las personas se componen de tres tipos diferenciables de intercambio: emocional, motor y cognitivo. Los componentes motores y emocionales de tales interacciones permiten a las personas compartir los sentimientos y reflejar los movimientos del otro a un nivel inconsciente, mientras que el componente cognitivo del intercambio permite procesar y comprender conscientemente los estados mentales y emocionales del otro. El componente cognitivo de la empatía se divide en vías neurales y funciones, lo que permite a la persona: comprender las emociones/sentimientos del otro, a la vez que comprender las intenciones de los demás y predecir sus comportamientos (las ideas de las personas acerca de los procesos mentales de otro se llama “teoría de la mente”).
En una revisión de la literatura, Brook y Kosson (2013) analizaron una serie de experimentos que medían los diferentes componentes de la empatía por medio de estímulos que producían una reacción a nivel consciente o inconsciente. Los métodos utilizados para la medición de los estados emocionales, cognitivos y mentales han incluido: ver fotos de personas con diferentes expresiones faciales, escuchar el discurso de otra persona, escuchar una serie de historias o ver fotos sólo de los ojos de otras personas.
Los experimentos que usaron fotos estáticas de diferentes expresiones faciales han mostrado que los psicópatas cometen la misma cantidad de errores al identificar las expresiones que los no psicópatas, pero esos errores se concentran en determinadas expresiones como alegría, disgusto, rabia y/o miedo, dependiendo del estudio realizado. Los experimentos que usan una serie de fotos con expresiones faciales en aumento muestran déficits generales en el reconocimiento de los estados emocionales; mientras que estudios basados en la teoría de la mente con el uso de historias simples, no mostraron déficits en el reconocimiento de los estados mentales de los demás. Brook y Kosson (2013) plantean que los diferentes resultados obtenidos en los distintos experimentos pueden deberse en parte a los diferentes enfoques utilizados y que no se había realizado ningún experimento en el área de la psicopatía que hubiere usado una interacción empática natural en la que se requirieran los tres componentes en forma simultánea. Por lo tanto, decidieron medir la empatía cognitiva con un enfoque más holístico, que incluía mostrar a participantes masculinos encarcelados, cintas de video de gente sencilla compartiendo un momento emocional en sus vidas y luego pidiéndole a los participantes que identificaran la emoción expresada.
Brook y Kosson (2013) encontraron que mientras más alto puntuaban los participantes en el Test de Evaluación de Psicopatía Revisado (PCL-R) menos exactos eran en determinar la emoción que la gente sencilla mostraba en el video. En forma más específica, las características conductuales/antisociales y el estilo de vida tuvieron un efecto mayor en la inexactitud del reconocimiento emocional que las características interpersonales y afectivas del trastorno. Su resultado concuerda con resultados de experimentos anteriores que usaron una serie de fotos que mostraban en cada foto un aumento sucesivo de las expresiones faciales, o que usaron el discurso como el estímulo. Los resultados de experimentos realizados en el pasado que mostraban sólo una foto de la cara de una persona no correlacionaron con los resultados del experimento actual. Brook y Kosson (2013) pensaron que las diferencias en los resultados podrían deberse a los distintos montos de información que los participantes tuvieron que procesar. Los psicópatas pueden no ser capaces de reconocer las emociones más importantes como el resto de nosotros en una interacción dinámica con alguien, pero pueden ser capaces de reconocer las características que no son abstractas.
Para saber más de la disfunción en la empatía cognitiva puede leer:
Brook M. y Kosson, D.S (2013) Impaired cognitive ampathy in criminal psychopathy: Evidence from a laboratory measure of empathic accuracy. Journal of Abnormal Psychology. 122 156-166
Escrito por Sandy Michels y el Comité de Investigación