Rasgos Psicopáticos y Violencia Instrumental y Agresiva entre Mujeres Jóvenes Delincuentes

Introducción

A pesar de la creciente representación de mujeres jóvenes en el sistema forense, impacta la gran población sub-estudiada en este sector juvenil. Para comprender esta población, se evaluaron 145 mujeres jóvenes que habían cometido delitos violentos. La evaluación incluyó la existencia de rasgos psicopáticos, motivación específica para el delito (instrumental versus reactiva) y características del delito en sí (tal como información respecto de las víctimas, uso de armas, uso de sustancias, y el grado de lesión de la víctima). Hutton y Woodworth (Hutton & Woodworth, 2014) examinaron la relación entre rasgos psicopáticos y violencia instrumental.

Los investigadores (Berkowitz, 1993) han propuesto que existen dos clases de violencia: reactiva e instrumental. La violencia reactiva se describe como la violencia que ocurre cuando los sujetos no logran inhibir su respuesta inicial frente a un estímulo emocional, tal como la percepción de un insulto o un peligro físico inminente (por lo tanto, reaccionan con violencia). Las conductas producidas por la violencia reactiva no tienen una meta secundaria más allá de agresión por sí misma. En contraste, la violencia instrumental se define más frecuentemente como aquella que implica planificación y que no tiene un componente emocional fuerte. Los actos de violencia instrumental son conductas movidas por el logro de una meta externa (a menudo muy coherente y organizada) que generalmente se llevan a cabo para obtener una recompensa externa o lograr algún tipo de meta que trasciende al acto agresivo en sí. Se ha observado que estos dos tipos de violencia pueden estar relacionados y que un acto agresivo puede contener elementos de ambas (ej. Bushman & Anderson, 2001).

Para tratar este tema, Hutton  y Woodworth usaron un enfoque de clasificación en cuatro categorías de los actos agresivos creado por Woodworth y Porter (2002 (Woodworth & Porter, 2002)). Concretamente, Woodworth y Porter sugieren clasificar los actos violentos en una de las cuatro categorías: reactivo puro; reactivo/instrumental; instrumental/reactivo; o instrumental puro. En resumen, para reconocer la violencia reactiva pura y la violencia instrumental pura, ellos han identificado algunos actos como reactivo/instrumental, que indican que dichos actos fueron primariamente reactivos, tal como se ha descrito anteriormente, pero también contenían evidencia de conductas instrumentales, lo que significa que implicaban algún tipo de planificación incluso cuando la violencia surge primariamente por una falta de regulación adecuada de los impulsos agresivos. En contraste con esto, los actos instrumentales/reactivos eran primariamente instrumentales, tal como se les describió anteriormente, pero contenían evidencia de rabia o ira que no era genuina o que no está realmente a la base de la conducta violenta sino que está siendo conscientemente empleada o incluida como un acto de manipulación.

Procedimiento

Todos los archivos fueron revisados minuciosamente por dos estudiantes graduados con amplia formación en el tema, y codificados en Psicopatía y en las cuatro categorías de violencia.

Resultados

Características de las víctimas

Las 145 mujeres jóvenes delincuentes en este estudio se ubicaron en un rango etario en el momento del delito índex entre los 12.2 a los 17.9 años (M = 15,5; SD = 1,3). Dos tercios (66,2%) de la muestra eran mujeres no aborígenes; 31,5% de la muestra era aborígenes, y en el resto no se especificó la etnicidad (2,3%).  Aproximadamente tres cuarto de los casos tenían víctimas femeninas (75,8%), 14,5% de las víctimas eran masculinas y en 9,7% de los delitos hubo un porcentaje igual de hombres y mujeres víctimas. Cuando se investigó la relación con el ofensor, hubo un porcentaje igual de víctimas desconocidas (27,6%) y de víctimas con una relación específica (por ejemplo profesora, cuidadora; 27,6%), seguida por víctimas conocidas (21,1%), víctimas en una relación cercana con la ofensora (amiga, familia, una pareja sin gran compromiso, 12,2%) y víctimas muy cercanas a la ofensora (familia cercana, pareja romántica; 11,4%).

Ubicación

La mayor parte de los delitos ocurrieron en lugares públicos (56,9%), pero también hubo un porcentaje sustancial de delitos que ocurrieron en la casa de la joven (19,5%), en otra casa (13,0%) o en el colegio o trabajo (8,9%).

Uso de armas

86,3% de todos los delitos codificados implicaban violencia física. Las amenazas verbales se usaron en 44,9% de los delitos. Más de la mitad de los mismos (58,1%) implicó violencia física sin uso de armas; 28,2% tuvo violencia física con uso de armas, y 13,7% no hubo violencia física ni uso de armas. En aquellos casos en que se usaron armas, las más comunes (53,5%) fueron los objetos (por ejemplo una botella de alcohol), seguidos por cuchillos (41,9%).

Uso de sustancias

Se tuvo información respecto del consumo de alcohol o drogas antes o durante el delito índex en 73% de los casos (n = 106). En más de la mitad de los delitos (62,3%) no hubo consumo de alcohol o drogas por parte de la ofensora.

Psicopatía

Los puntajes de psicopatía variaron desde 4,20 hasta 34,00 (M = 18,83; DS = 7,04). La gran mayoría de las ofensoras (93,0%) puntuó bajo 30; 7,0% puntuó 30 o más.

Motivación (Instrumental versus reactiva)

Se usó la medida de cuatro categorías para evaluar la violencia instrumental o reactiva y se examinaron 122 delitos índices violentos. De estos, 44,3% fue violencia reactiva pura; 18,9% fue reactiva/instrumental; 19,7% instrumental/reactiva; 17,2% violencia instrumental pura.

Psicopatía y violencia instrumental

En esta muestra de mujeres jóvenes delincuentes, los puntajes de psicopatía no se relacionaron con la violencia instrumental. Tampoco se relacionaron los puntajes totales de psicopatía ni ninguno de los puntajes de los factores o facetas con el uso de violencia instrumental versus violencia reactiva.

Conclusiones

Casi el 40% de los delitos incluían una combinación de motivaciones violencia instrumental y reactiva. 44,3% de los delitos fueron considerados como puramente reactivos, lo que sugiere que muchas de estas mujeres jóvenes delincuentes cometían más delitos del tipo impulsivo y espontáneo.

Al analizar las motivaciones de aquellos delitos que tenían componentes instrumentales, la violencia empleada con más frecuencia fue la venganza o la retaliación.

En esta muestra las ofensoras victimizaban por igual a extraños que a quienes tenían una relación específica con ellas. La mayor parte de las mujeres en esta muestra no consumieron alcohol o drogas antes o durante el delito. Sin embargo, el uso de sustancias se asoció con mayor daño físico a las víctimas y con una mayor probabilidad de cometer violencia física. Las armas fueron usadas para dañar a la víctima en el 27,0% de los casos. En la muestra actual, cuando se usó un arma, el uso de objetos  (por ejemplo una botella de alcohol) fue más frecuente (48,9%)  que el uso de cuchillos (38,3%).

Como se ha planteado en otros estudios, la prevalencia de los rasgos psicopáticos entre la muestra de mujeres jóvenes delincuentes fue pequeña en comparación con estudios de hombres delincuentes (por ejemplo Forth et. al., 2003; Kosson et. al., 2002). Los resultados revelaron que las jóvenes con altos niveles de psicopatía no usaban significativamente más violencia instrumental que aquellas con bajos niveles de psicopatía. Este estudio está en concordancia con la creciente evidencia de que las jóvenes y mujeres con rasgos psicopáticos difieren en forma importante de los jóvenes y hombres con los mismos rasgos.

Hutton, E. L., & Woodworth, M. (2014). Violent female youth: An examination of instrumental violence, psychopathy, and
offense characteristics. Behavioral Sciences and the Law32, 121–134.

También citados

Woodworth, M., and Porter, S. (2002). In cold blood: Characteristics of criminal homicides as a function of psychopathy. Journal of Abnormal Psychology111, 436-435.

 

Escrito por Alicia Spidel y el Comité de Investigación